HUBO GATO ENCERRADO Y SE LO TENÍAMOS QUE DECIR A LA AUDIENCIA

No somos muy de romerías, de coros y danzas sindicales, de excursiones de los padres combonianos ni de bromitas sin venir a cuento y lo sabéis. Somos como más de práctica. De que nos devuelvan ya lo que es nuestro. Esta no es una novedad. Ya lo sabéis.

Pero lo que no aceptamos nunca son tomaduras de pelo a una plantilla a la que, puesta a sufrir a manos de esta gente, ya no sabemos qué más le falta. ¿Veremos, acaso, alguna maldad?.

Y es por ello que ni les firmamos sus ERES precocinados ni les reímos sus nulas gracias. Y, además, como ya hicimos con el de 2013, denunciamos en sede judicial si vemos motivos para ello. Porque, aquello que desde chicos denominábamos “descarao” cuando algo cantaba mucho, se convierte en motivo de indignación cuando detrás de las firmas, preparadas desde casa y que se estampan  sólo en horas cuando negociarlas debería llevar semanas, hay miles de compañeras y compañeros y muchísimas familias en vilo. Entre otras cosas, como ya te dijimos en su día, para hacernos vivir con la maleta siempre hecha gracias y sólo gracias a estas firmas exprés y extra convenio.

Y como no sólo fue muy cantoso, sino que no se acreditaron tales pérdidas en los mismos periodos en que en los medios y organismos oficiales daban beneficios y además el acuerdo era muy gravoso para quienes nos quedamos, siendo lo más rácano del sector para los que se van y, porque, sobretodo, no se quiso limitar la movilidad geográfica al ámbito de cada comunidad autónoma, cosa que APECASYC puso sobre la mesa como condición necesaria para nuestra posible firma, pues no sólo no les firmamos sino que vimos claro que era necesario buscar el amparo de la Audiencia Nacional, darle a conocer lo que allí pasó y que, si bien una mayoría firmó según lo llevaba pactado, cada uno con sus propios motivos que, en algunos casos pueden ser hasta humanamente comprensibles, entendemos que es fácil probar que el proceso ha sido tan raro como premeditado.

Recordamos que, por cosas del estilo ya anulamos otro ERE que enseguida nos tendrán que pagar, pues teníamos la obligación moral, en beneficio de tod@s, de intentar tumbar este nuevamente  eterno ERE y de exigir que hagan, de una vez, algo en condiciones: mejorando a los que nos dejan y restituyendo la normalidad a las miles de familias que aquí quedamos. Y, estando como estamos en el convencimiento de que lucharemos hasta el final antes de quedar, firmas mediante,  a merced de cualquiera. Hasta ahí podíamos llegar.

Como siempre, claro está, será el criterio de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional quien dictamine lo que tenga que suceder. A nosotros nos toca primero luchar y luego acatar, pero siempre manteniendo la firmeza porque con estas miles de personas no se juega a la ligera.

Lo mínimo que se puede pedir es un profundo respeto por quienes hacemos, cada día,  que este barco navegue. Y, si no se nos concede tal respeto, directamente exigirlo. Ante quien sea.

Gracias por tu atención.

Te seguiremos informando.

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